"—Maldita Navidad... El anciano miraba a su alrededor, sentado como cada día en aquel apartado banco del parque. Llevaba allí ya un buen rato, sin hacer nada. Sólo pensar y lamentar. Y maldecir. Inmóvil bajo el tímido sol invernal que intentaba calentar, con sus tibios rayos, una mañana más de Diciembre. Era aquél un sitio tranquilo que le gustaba frecuentar, para abstraerse del mundo y remover agradables recuerdos. Pero en esos días era imposible aislarse de nada. Las fiestas lo inundaban todo, incluso el descuidado parque. Gente agobiada envuelta en paquetes de regalo, niños lanzándose bolas de nieve sin cuartel,... La tranquilidad se había esfumado. Habían invadido su espacio. —Sí, maldita sea... —gruñó, hundiendo la cara entre las manos. Levantó la cabeza y vio a un niño de no más de 8 años, flaco, del que apenas sólo podía ver los ojos por el gorro y la bufanda que le abrigaban. Unos ojos que le miraban fijamente mientras se quitaba del hombro los restos de ...
Cajón/borrador de todas mis ideas...