El 5 de Enero de este apocalíptico año 2012 tenía lugar la siguiente "conversación" en Twitter:
¡Vamos con ello!
"Es una sorpresa", le había dicho. "Para Roberto. Se va a descojonar de risa. ¿No es preciosa? Se llama Daisy, como la pata. Sí mujer, la de dibujos animados. La novia de Lucas. ¿O era Donald? Da igual. ¿No es preciosa?" Había repetido de nuevo, levantándole la cerda hasta los ojos para que viera sus bonitas manchas negras. "Pero tienes que hacerme el favor de llevarla tú hasta el banquete. Si, lo sé, lo sé. ¡No te pongas así! Eres la única que va directamente al restaurante, sin pasar por la iglesia. Y ninguno de nosotros puede llevarla allí; tiene que verla en el banquete. ¡Gracias, pequeña!".
@AlvFdezFdez Tienes que escribir sobre eso, y lo sabes :P
— Bea Lara (@LilMuse92) enero 5, 2012
¡Vamos con ello!
···
"—¿Por qué me tiene que estar pasando esto a mí? —se preguntaba en voz baja, apretando los dientes—. ¿Por qué hoy?
Carolina destacaba por la calle. Todo el mundo la seguía con la mirada o se detenía en seco abriendo bien los ojos. Y eso era justo lo que ella pretendía cuando salió de casa aquella mañana; que la gente la contemplase boquiabierta. Pero, desgraciadamente para ella, no lo hacían por su dorada melena ni su maquillaje perfecto. Ni siquiera por el costoso vestido que había comprado para la boda de su hermano Roberto. Todos la miraban; a ella... y a su acompañante.
—Bonito cerdo, señorita —le dijo un agradable anciano al detenerse en un semáforo, sin ningún tipo de maldad.
—No es cerdo, es cerda —respondió molesta, harta de ser el centro de atención—. Y de bonito no tiene nada...
El señor se disculpó y se alejó al encenderse la luz verde, lamentando haber abierto la boca. Carolina miró al suelo y vio al animal levantar la cabeza hacia ella, antes de lanzar una nueva serie de pequeños gruñidos. Los mismos que había soltado una hora antes, cuando la vio por primera vez en el portal de su otro hermano, Luis.
"Es una sorpresa", le había dicho. "Para Roberto. Se va a descojonar de risa. ¿No es preciosa? Se llama Daisy, como la pata. Sí mujer, la de dibujos animados. La novia de Lucas. ¿O era Donald? Da igual. ¿No es preciosa?" Había repetido de nuevo, levantándole la cerda hasta los ojos para que viera sus bonitas manchas negras. "Pero tienes que hacerme el favor de llevarla tú hasta el banquete. Si, lo sé, lo sé. ¡No te pongas así! Eres la única que va directamente al restaurante, sin pasar por la iglesia. Y ninguno de nosotros puede llevarla allí; tiene que verla en el banquete. ¡Gracias, pequeña!".
Y allí estaba ella. En medio de la ciudad, "paseando a Miss Daisy", como la película. Maldiciendo su suerte. Maldiciendo a la cerda, a su hermano Luis y, ¿por qué no?, a su hermano Roberto, por celebrar su boda con aquella víbora un 5 de Enero, cuando todo el mundo estaba en la calle haciendo las últimas compras de Reyes. Gente que no cesaba de mirarla, como aquel joven con auriculares en las orejas y móvil en la mano que pasó al lado suyo estupefacto, con cara de querer escribir algo sobre lo que estaba viendo.
—Bueno, Daisy... Lo has conseguido: ya me has quitado el protagonismo. Sólo espero que no me quites también a mi novio...
Y la cerda gruñó una vez más, como si respondiera. Ufana. Indicándole que se anduviese con ojo; que no hay mayor belleza que la natural..."
Genial, genial, genial!! :D
ResponderEliminarNo tengo palabras.
La cerda tan ufana, indicándole que no hay mayor belleza que la natural, qué gran frase, cuánta razón esa cerda. Eso sí, yo me pregunto si lo de la chica y a cerda vendría motivado por esto que dices tú (que puede ser) o no era más que una extravagancia de la chiquilla.
ResponderEliminarBesos!
Quejica